Davi se quedó sin palabras. Ella le miró intensamente y cuando vio lo serio que era, asique solo sacudió su cabeza subconscientemente. Ella ni siquiera sabía cómo reaccionar en ese momento.
Sei la miró y cuando vio su mirada de sorpresa, se frotó la parte de atrás de su cuello mientras tímidamente miraba hacia otro lado y luego hacia ella.
—La verdad es que yo también no puedo esperar más. Quiero casarme contigo ahora, para que finalmente podamos tener nuestra noche de bodas. —Dijo y antes de que Davi pudiera siquiera parpadear, continuó hablando.
—Quiero volver a llamarte mi esposa y no puedo esperar más. —Añadió mientras la miraba. La mirada en sus ojos era tan firme y seria como siempre.