Zaki la besó con fuerza, pensando que ella iba a protestar. Él sólo quería darle una lección para que aprenda a no juzgar un libro por la tapa.
A la fuerza, metió su lengua en la boca de ella mientras la apretaba con fuerza contra su cuerpo. Eso le dio a ella una señal de peligro.
Sin embargo, para sorpresa de Zaki, la chica en lugar de protestar, como él esperaba, le rodeó el cuello con las manos y devolvió sus besos. Eso tomó a Zaki completamente por sorpresa. La chica lo besó profundamente y con gran habilidad, hasta que ambos terminaron besándose con más intensidad que nunca. Zaki podía sentir la diferencia en los besos de ella, en comparación a todas las chicas que había besado antes. No se trataba de que fuera más hábil, sino de que sus besos parecían hipnotizarlo y lo volvían incapaz de separarse de ella. Para él, besarla y abrazarla con fuerza se sentía correcto. Sentía un tipo de calor que no había sentido nunca antes.
—Maldita sea, Hinari…