En la Mansión Gris.
Ya era media noche cuando Zaki entró en la sala de estudio de Sei. Estaba sorprendido cuando vio a Sei aún despierto especialmente desde que está en esta casa actualmente. Sei siempre había sido un búho nocturno, pero desde que Davi comenzó a vivir aquí, este era el único lugar donde él seguiría las reglas normales de la luz del día.
La casa que solía ser eso, solo una casa, ahora se había convertido en un hogar para él. Llegó a ser un lugar donde podía dormir en paz, como si finalmente hubiera encontrado un paraíso cálido y seguro.
—¿Qué estás haciendo? ¿No puedes dormir?— Zaki preguntó mientras se sentaba al otro lado de Sei.
Sin embargo, el hombre permaneció en silencio, provocando que Zaki suspirara mientras descansaba flojamente sobre el sofá.
—¿Sei, notaste que estás cambiando? — continuó mientras miraba la luna mirando la gran ventana de vidrio.
—¿De qué manera?