—¿Estás bien?
Las palabras de Sei rompieron el largo silencio, provocando finalmente que Davi se saliera de sus pensamientos. Ella se dio cuenta que había estado sentada en silencio por un largo rato ahora que ni siquiera notó que ya estaban cerca de Sky Town.
—Ahora estoy bien. Solo estoy siendo un poco "preocupada", jaja— Davi forzó una sonrisa mientras miraba a Sei. Sin embargo, como si el hombre pudiera sentir la melancolía detrás de su sonrisa, de repente él acarició suavemente su cabeza.
En ese momento, Davi no pudo evitar sonreírle genuinamente esta vez. Su cálida mano era tan apacible que sus preocupaciones parecían derretirse lentamente.
Luego ella tomó un gran respiro y lo miró atentamente.
—Para ser honesta, realmente quiero ir a casa contigo, pero…yo…yo…
Sei acarició su mano de nuevo cuando ella hizo la pausa como una expresión solemne que destelló a través de su rostro.