El sonido del helicóptero se hizo cada vez más fuerte mientras rondaba por encima de la mansión. Los reflectores vagaban por la propiedad, iluminando trozos y piezas de la mansión de la familia Zhao. Davi podía ver las luces que pasaban por la ventana de vez en cuando. No había duda en su mente de que era Sei, que venía con todas sus fuerzas a rescatarla.
Su corazón latía tan fuerte y todo lo que podía pensar era: —¡No, Sei! ¡Mantente alejado! ¡¡No vengas!!
Davi quería escapar de este lugar para no quedar atrapada en todo esto y para que no le hicieran daño por su culpa. Sabía que debido a que el enemigo la mantenía cautiva, Sei podía contenerse e incluso elegir comprometerse con lo que el enemigo quería.