Escuchando las palabras de Zaki, Hinari se mordió el labio antes de dar un profundo suspiro para calmarse. Luego se acercó a la ventana mientras hablaba.
—Lo siento, mi belleza, pero no puedo evitarlo. ¡Tu nombre se me escapó! Además, deberías estar agradecido de ser la primera persona en la que pienso cuando estoy en problemas. Es tu culpa por ser siempre mi héroe. —Ella contestó y Zaki abrió y cerró la boca como un pez, ya que no se le ocurría qué decirle a ella. —¡Esta mujer! ¿Cómo puede ser tan desvergonzada que incluso cuando él estaba cerca de la muerte, ella podía tergiversar las cosas así? ¡¿Cómo puede tener tanto talento para crear problemas?! ¡¿Cómo es que esto terminó siendo culpa mía otra vez?!
—Hinari, abre la puerta. —Dijo Zaki con voz firme y Hinari volvió a morderse el labio. Bueno, se dio cuenta de que Zaki parecía estar al límite en este momento y que él no estaba en su habitual estado de calma.