Ese día, la atmósfera estaba increíblemente agradable. Mientras la pareja simplemente paseaba, comprando cosas como cualquier pareja normal en el planeta, la primera vez en el mercado de Sei fue superficial. Después de todo, todos aquellos años de evitar aquel sitio habían valido la pena.
Sei, de hecho, había estado evitando intencionalmente todos los lugares que Davi había mencionado durante los últimos cinco años. Quería conocer aquellos lugares cuando Davi estuviera a su lado, y aquella había sido la decisión perfecta. Aunque Sei odiaba las multitudes, todo se veía alegre en sus ojos porque Davi estaba a su lado. Él no tenía idea de que aquel lugar simple y ruidoso podría resultar tan hermoso. La emoción que sentía en ese momento era inexplicable y lo hacía sentir inmensamente feliz. Sin embargo, por supuesto, sin importar qué tan perfecta fuera la situación, Sei no olvidaba su energizante cada diez minutos. Bueno, no había manera de que pudiera olvidarlo.