La atmósfera caliente dentro del auto era incontrolable, y Zaki sabía que ya no había vuelta atrás. Todo ya estaba borroso y él ya estaba perdido en el momento.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de entrar, algo hizo que Zaki se quedara congelado. Era como si una pared hubiera aparecido frente al fuego salvaje, evitando que siguiera avanzando.
Se retiró instantáneamente, con los ojos enormes. Obviamente, estaba en shock, como si le hubieran echado un cubo de agua helada. Las nubes en su mente comenzaron a disiparse, como si una tormenta se las hubiera llevado, despertándose de su estupor.
Zaki la miró incrédulo. Nunca había pensado que esta mujer, a quien había llamado pervertida porque siempre estaba actuando como una pervertida profesional, desde el día en que se conocieron, de hecho era virgen. ¿Cómo era posible?
