Sei miró el mensaje por un largo rato antes de volver a la realidad, y para sorpresa de Zaki, el hombre se puso de pie ruidosamente. Tomó su teléfono y comenzó a alejarse, cuando Zaki, confundido, lo detuvo tocándole el hombro.
—Oye, ¿a dónde vas? —le preguntó, ante lo que Sei lo miró indiferente, como diciéndole: ¿para qué preguntas si ya lo sabes?
En ese momento, Zaki frunció el ceño ante lo que posiblemente tenía Sei en mente.
—A casa. —contestó Sei y siguió caminando, la boca de Zaki se abrió y se dio una palmada en la frente.
Dios... solo con leer ese mensaje ¿ya te olvidaste de todo y quieres volver a casa? Este pequeño... Ahh, no era esto lo que quería que pasara, demonios...
—Oye, oye, oye. Detente ahí, Sei. ¿Estás diciendo en serio que vamos a volver a la casa? —dijo rápidamente Zaki alcanzándolo justo antes de que abriera la puerta.
Zaki le bloqueó la pasada y Sei solo lo miró.