El sonido del secador de pelo resonaba dentro de la espaciosa habitación.
Y Davi se sentía encantada debido a que Sei estaba tocando su cabello más gentil que nunca que no pudo evitar maravillarse de por qué cada caricia de Sei parecía que fuera tan relajante para ella.
Ohh… ¿cuándo secar el pelo se convirtió en algo tan dulce y relajante?
Pensar en el hecho de que ella se sintiera de esa manera era debido a que Sei, quien la estaba tocando, la hacía reír mientras ella cerraba sus ojos.
—¿Lo estoy haciendo bien? — le preguntó luego y Davi solo pronunció un —Mm—
—Lo estás haciendo fantástico— continuó antes que se comiera las uvas en su mano.
Sei, por otra parte, finalmente se calmó. Enfocó su atención en su tarea y continuó secando el suave cabello oscuro de su esposa.