Luego de que Hinari recuperara su compostura de siempre, se disculpó y se retiró al baño.
En eso, Zaki se acercó de inmediato a Sei. Pero antes de que abriera la boca, Sei habló primero.
—Zaki, ¿crees que la asusté?
—Obviamente, ¿quién no se asustaría si reaccionas de esa manera? —le respondió Zaki, pero para su sorpresa, Sei parecía afligido. Lo que le hizo fruncir el ceño.
—Oye, Sei, no me digas que estás preocupado por esa mujer.
—Esa persona es la única amiga que tiene mi esposa. A ella le importa, así que ve y discúlpate por mí.
—¿Eh? ¿Por qué debería disculparme? ¿No es su culpa por intentar seducirte?
—¿Seducirme? ¿Cuándo lo hizo?
Ante la respuesta de Sei, Zaki se quedó sin palabras. ¿En serio? ¿Cómo es que ni se dio cuenta? Ja ja, ¿cómo pude olvidar que solo tiene ojos para su querida esposa?
—Ohh... ya, ya, entiendo, entiendo.