—¡Rápido, rápido, rápido, la Piedra Preservadora de Sombras, la Piedra Preservadora de Sombras! —Shen Ying empujó a Yi Qing.
Entonces, Yi Qing tomó dos piedras cubiertas con conjuros. Pensó por un momento antes de establecer un conjuro de aislamiento alrededor de ambos. Luego, se inclinó hacia la ventana, como su Maestra, para mirar dentro de la casa.
El Padre Niu continuaba sentado en la cama, inmóvil. La sonrisa no se había relajado ni un poco en su rostro. De repente, alguien abrió la puerta y entró. Era Tao Chu. Aún tenía puesta su túnica roja. Perezosamente, arrastró sus pies hasta la cama. Lonemoon finalmente se movió. Se puso de pie y tomó la mano de Tao Chu antes de meterla a la cama.
—Esposito —Tao Chu apoyó su frente en la de Lonemoon y luego lo abrazó.
—Pequeña Chu —Lonemoon la miró profunda y afectuosamente a los ojos—. Por fin somos marido y mujer.
Tao Chu se sonrojó. Se inclinó aún más y dijo seductoramente: