Lonemoon se dio vuelta para mirar a Zhi Lin, que todavía gritaba en la mano de Shen Ying.
―¡Te tragaste una parte del alma de Seta a propósito!
Esa parte del alma de Champiñón todavía podía haber contenido algunos de sus recuerdos. Probablemente fue por eso que Zhi Lin se pudo hacer pasar por ella por tanto tiempo, de tal modo que ni Gordito se pudiera percatar de que no era Seta. Fue por esto tampoco Lonemoon pudo determinar que Zhi Lin la había poseído.
―¡Champiñón no fue devorado por un espíritu maligno, tú lo atacaste!
―No… no sé, ¡no lo sé! ―Zhi Lin luchaba y gritaba. Ya no sabían si se retorcía de dolor por ser literalmente desgarrada, o era por la culpa de estar expuesta. Comenzó a tartamudear inútilmente―. Solo quería volver. ¡Solo quería volver!