Los tres volaron en la espalda del ave, antes de que se dieran cuenta que había de hecho una Plataforma de Loto en su espalda, que podía contener unas cuantas docenas de personas. El ave gigantesca abrió sus alas y voló. A lo largo del camino, las nubes vistosas y la brillante luz espiritual cubrieron el camino delante de ellos como alfombras puestas a su paso.
La entrada debía ser despampanante. Por suerte, había encontrado este gran instrumento para lucirse la noche anterior. Lonemoon asintió satisfactoriamente. La vista era bastante buena, solo que los alrededores eran tan brillantes que era un poco difícil reconocer el camino.
—Chef, mira…
Estaba a punto de preguntarle a la persona a su lado, pero en cuanto volteó su cabeza, encontró a Yi Qing quieto con una mirada en blanco, sus iban hacia cierta persona al lado de él de vez en cuando, como si aún tuviera que juntar sus pensamientos. Su mirada era una completamente romántica.