—Shen Ying, ¿Qué hacemos amarrados? —Lonemoon inconscientemente quiso luchar para escapar de los láseres a su alrededor, pero en el momento siguiente la luz blanca brilló, y vino otro dolor agudo. Ese rayo de luz apretó aún más el amarre. Lo más importante, no podía activar su Qi inmortal en lo absoluto, como si estuviera sellado.
—Muy buenos sus preparativos —la expresión de la persona bajo ellos era aún más fría, y dijo con sarcasmo—. Hasta saben mi nombre. ¿Díganme… por cuánto tiempo han invadido el Plano?
Yi Qing comenzaba a ponerse más nervioso, mientras que inconscientemente quiso correrse.
—Maestra, que le…
—Duele, duele… —explicó Lonemoon, mientras los rayos de luz se apretaban aún más—. Chef, no te muevas, ¿ok?
—¿Maestra? —los ojos de Shen Ying se estrecharon—. ¿No es un algo tarde como para reclamar el parentesco?
—¿Hablas en serio, Shen Ying? —Lonemoon simplemente no podía creerlo. —¿Será que en realidad perdiste la memoria?