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Rábano no se detuvo hasta haber recorrido todo hasta el palacio trasero. Al ver la figura familiar sentada en la mesa, el Rábano entero comenzó a temblar, sin poder creer lo que veían.
—¿Mi Lady?
Shen Ying que seguía comiendo se volteó y agitó una mano sosteniendo aun sus palillos.
—¡Oye! ¿Rábano?
—Mi Lady… ¡Mi lady! —el rábano corrió hacia ella, pero cuando llegó al lado de Shen Ying se detuvo una vez más, olió su nariz, y acto seguido el Rábano comenzó a desbordarse con agua de nuevo—. Buaa… Mi Lady está de vuelta. Por fin… por fin está de vuelta. ¡Rábano… Rábano está tan asustado, tan, tan asustado, buaaaa…!
Mientras más lloraba, más triste se ponía, y no parecía capaz controlarlo. Lloró hasta verse un poco seco. Parecía un niño que había sido golpeado y corría a sus padres para quejarse.