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Yi Qing caminó con naturalidad, agitó su mano para empujar al fantasma que casi se dispersaba en dirección a Meng Po.
—Éste está a su cargo.
—Ah. —solo entonces la atención volvió a Meng Po. Ella produjo un sello de mano, y al instante el fantasma destelló y se convirtió en una luz que voló a la palma de Meng Po. Después de guardar al fantasma, miró a Shen Ying, con ojos brillantes—. Maestra de secta, por favor no se preocupe, lo devolveré a la secta yo misma.
Shen Ying asintió:
—Hmm. ¡Ya puedes irte!
—Maestra de secta… —Meng Po la miró, con pesar en sus ojos, como si quisiera decir algo—. Yo… ¿Podría quedarme un poco más?
Antes de que Shen Ying pudiera contestar, Yi Qing, al lado de ella, dio un paso al costado y dijo enérgicamente:
—¡No hay comida para usted!
—… —¿quién mencionó la comida?