—Compañero Daoísta Lonemoon —recordando a la persona que estaba a su lado, la expresión de Dong Wu parecía feliz, mientras se apresuraba a dar un paso al costado y sonreír calurosamente—: En cuanto al asunto de los 10 conjuros de espada que el compañero Daoísta mencionó, ¿podemos discutirlo en el salón de audiencias?
—¡Por supuesto! —Lonemoon no se negó y siguió su ejemplo. Después de un rato, sus pasos se detuvieron, mientras se daba la vuelta y arrastraba a Shen Ying. Esa definitivamente se perdería si no la vigila.
—Este es... —Dong Wu parecía que acaba de notar a Shen Ying. ¿Pensó que era una discípula que iba a practicar?
—Mi... Hermana Menor, Shen Ying —contestó Lonemoon.
—Oh, compañera Daoísta Shen. ¡Ven... adentro, por favor!
Así que los tres fueron juntos hacia la dirección de la sala de audiencias de la Secta de los Divinos Cielos.
Lou Hong, que estaba siendo dejado atrás, observó.
