—¡Échame una mano! —Lonemoon no tenía más opción que voltearse y rogar por la ayuda de Shen Ying.
Sin vacilar, Shen Ying recogió al Chef, que todavía trataba de arrimarse a su cuerpo, y corrió al lado de Lonemoon. Agarró la espada de Bai Ze de una mano y enroscó su muñeca, arrojándolo a tierra.
Lonemoon rápidamente activó a su Qi inmortal y golpeó tanto a Yi Qing como a Bai Ze en sus nucas. Al mismo tiempo, conjuró un hechizo de desmayo de modo que ambos cayeran inconscientes.
—¡Maestra de secta! ¡Mayor! —Xuan Tong señaló hacia el frente en pánico.
Ambos voltearon justo a tiempo para ver una gran porción de luz blanca delante de ellos. Se podía ver muy vagamente un ejército de figuras.
¡Ese conjuro había llegado hasta aquí! ¡Esto fue rápido!