—¿Adónde fuiste? —Lonemoon miró al Rábano, quien rara vez tomaba forma humana.
—Fuimos al palacio inmortal que está cerca y dimos una vuelta allí —Lan Hua contestó antes que el Rábano pudiera decir algo—. Hoy están de vuelta temprano. ¿La competencia terminó?
Lonemoon los miró con recelo. Ya habían permanecido en los Cielos más allá del Cielo durante algunos días. Al principio, Lan Hua era muy cauteloso. Cuando pudo ver que nadie podía descubrir su identidad demoníaca, solo se dejó llevar. Cuando los discípulos salían para competir, tomó la oportunidad de relacionarse muy bien con los niños que permanecían allí. A medida que iba a explorar las instalaciones, su relación mejoró más y más.
—Ah, sí, Hermanita Mayor —el rábano luego recordó algo. Sacó un bolso de almacenaje y se lo entregó respetuosamente—. Le he traído algo.
—¿Acaso te fuiste a hacer un tour? —preguntó el grupo.