Shen Ying se acercó unos pasos más y miró en dirección al Qi demoníaco. Pareciera como si hubiera una figura dentro de él que lucía como madera seca. No sabía si estaba confundida, pero el Qi demoníaco parecía estar más delgado. ¿Podría ser que se estaban cultivando demasiadas plantas en la secta, de modo que la niebla negra estaba siendo afectada?
Esto no era bueno. Después de todo, el Qi demoníaco era el negocio del Padre Niu. Era como perder montones y montones de piedras inmortales.
En lo que Shen Ying meditaba si mantener todas las plantas, el Qi demoníaco frente a ella se alzó y comenzó a condensarse hacia los pies de la colina.
—¡Hermanita mayor, el Qi demoníaco… está desapareciendo! —el Rábano, que todavía se agarraba al muslo de Shen Ying, comenzó a entrar en pánico—. ¿Por qué pasa esto?
¿Eh?
Shen Ying miró hacia donde el Qi demoníaco se estaba condensando y luego saltó hacia él, como si hubiera descubierto algo.