La Pequeñita llevaba en la Secta Invencible casi hasta el momento. Aparte de tener muy mala suerte y lesionarse muy a menudo, por lo general se encontraba bien. La única cosa que no cambiaba en ella eran las ofrendas que le hacía a Shen Ying tres veces todos los días. Shen Ying no podía entender de donde las conseguía, pero siempre se encontraba con un pastel, una bolsa de bocadillos o varias frutas muy bien arregladas fuera de su ventana cada mañana.
No importaba cuánto Shen Ying tratara de dejar claro que no las quería, la pequeñita no parecía capaz de dejar el hábito.