En la Ciudad Qu Shuang.
—¿La encontraste? —preguntó Lonemoon.
—No está en el Oeste de la ciudad —Yi Qing sacudió su cabeza—. Iré a buscar por el este.
—¡Olvídalo, olvídalo! —Lonemoon llamó a Yi Qing—. Sabes que tu maestra se oculta de manera natural. A menos que nos busque, no podremos encontrarla fácilmente.
—Pero la Maestra… no tiene buena orientación —le recordó Yi Qing a Lonemoon.
Lonemoon hizo una mueca. Por 101ra vez, tuvo ganas de darle una buena paliza.
—No nos queda otra opción; sólo podemos esperar y ver qué pasa.
—¿Esperar? —Yi Qing miró a Lonemoon sin expresión—. ¿Esperar qué?
—¡Esperar y ver dónde hay problemas! —Lonemoon dijo a través de sus dientes apretados—. ¿No entiendes aun el carácter de tu Maestra? Dondequiera que esté, crea problemas. Por lo que sabemos, ahora mismo…
Boom…