—Shen Ying, empaca tus cosas en cuanto hayas terminado de comer —le dijo Lonemoon a la golosa Shen Ying mientras iba de allá para acá. Shen Ying había estado comiendo filete y arroz—. He hecho los preparativos para que Yu Hong traiga los discípulos y muevan todas tus cosas al salón del Oeste. Te quedarás ahí de aquí en adelante.
—¿Eh? —Shen Ying respondió con una expresión en blanco—. ¿Por qué? —ella estaba muy bien donde estaba ahora. ¿Por qué se tenía que cambiar? Qué problemático.
—¿Acaso no hay una Morada Inmortal debajo de esta montaña? —preguntó Lonemoon de manera retórica—. Ya lo he estudiado. El lugar donde estás ahora está en una posición perfecta desde la cual podemos llegar al centro de la Morada Inmortal si cavamos un agujero.
—¿Por qué tratamos de llegar a la Morada Inmortal? —¿no está aplastada ya?
—¿Por qué más? ¡Obviamente vamos a recolectar lo que quede! ¿No te quedas por lo general con el equipamiento de los personajes que matas?