—¡Maestra de secta! —haciendo uso del descanso, la Hermana Si Yu, que tenía un carácter suave, no podía evitar ir y detener a la tramposa que pasaba.
—Hey, Hermana verdecilla.
Lonemoon echó un vistazo, pensando:
—¿Quién era la Hermana Verdecilla?
Al volver a mirar, se percató de que la discípula llamada Si Yu llevaba un vestido verde …
¡Para variar…, todavía no era capaz de recordar nombres!
—¿Quieres comer? —Shen Ying le preguntó al mascar su fruta.
—No…¡No es necesario! —Si Yu tímidamente empujó hacia atrás fruta ofrecida. —Sólo tengo una pregunta…, para la Maestra de secta.
—Prosigue —Shen Ying asintió de manera muy tranquila.
—¿Qué piensa de nuestros movimientos de espada en este momento? ¿De qué carecemos?
—¡Ha! —Lonemoon inmediatamente hizo rodar sus ojos. Como si ella supiera algo.