—¡Hemos llegado! —Shen Ying señaló hacia adelante, despertando a aquellas que todavía estaban aturdidas. Sus miradas siguieron la dirección a la cual señalaba y lo que vieron las dejó en shock.
Nunca habían imaginado que en verdad habría una secta inmortal dentro del Reino Demoníaco. Además del hecho que el aura demoníaca no se infiltraba en la secta, la variedad de montañas con palacios magníficos era absolutamente comparable a las residencias principales de las cuatro familias aristocráticas. Y no se podían dejar de lado todas las hierbas espirituales plantadas a lo largo del camino, llenando las montañas. Siendo más detallistas, si uno eligiera una planta al azar, ésta sería al menos una hierba espiritual de grado supremo de diez mil años. Además, estaban plantadas de manera desordenada, una extravagancia como esa no se veía ni entre las familias aristocráticas.
