Desde esa noche, el cuerpo de Yi Qing se libró de toda aura demoníaca y por fin se había recuperado por completo. Quizás debido a que usó todo su poder para suprimir el aura demoníaca en todas esas ocasiones, ahora que estaba limpio, sintió que su cultivación, que había estado últimamente como en un cuello de botella, estaba al fin mostrando signos de romper una brecha. Todo esto era gracias al núcleo demoníaco que su maestra le había dado, por lo que nuevamente se encontraba aliviado de haber encontrado a una profesora tan buena. Debido a ello, prefirió reservarse las intenciones que había estado queriendo expresar.
—¿Uh, chef… Discípulo… ah, ¿'Qin'? —Shen Ying le dio un pequeño codazo a la persona que cocinaba y preguntó—: ¿Estás bien?
La culpa pesaba sobre los hombros de Yi Qing aún más. Dejó el cucharón a un lado y se giró hacia ella, diciendo:
—¿Acaso ve a través de mí? Es imposible esconderle algo, Maestra.
—Ehm, es sólo que has sazonado el mismo plato con sal como tres veces, y quería preguntar si todavía es comestible
Pero el rostro del discípulo dejaba ver cada vez más la culpa dentro de él. Vaciló un poco antes de decir con convicción:
—¡De hecho, tengo un asunto que discutir, y espero que la Maestra lo permita!
Shen Ying dio un vistazo rápido a la olla y de manera casual, y dijo:
—Sólo di lo que quieres decir —por suerte eran zanahorias lo que se estaba cocinando, no carne.
—Sé que la Maestra tiene un gran corazón, que es por eso por lo que se queda de guardia en las fronteras para impedir que los demonios salgan y hagan caos.
—Uh…—no, ella solo tiene un horrible sentido de orientación y se no atrevió a vagar por el bosque.
—Es sólo que, mi solicitud no es común, pero también es urgente —volteó su mano, tomó el Estandarte Devorador de Almas y explicó—: Este estandarte todavía es la creación del Cultivador Diabólico Rui Mi. Él una vez masacró a decenas de miles de personas y atrapó sus almas dentro de este estandarte para engendrar en la Fuente Sangrienta del Mal. Esto incitaba a los espíritus malignos dentro de la Bandera a matarse los unos a los otros, con el objetivo de engendrar un Rey Fantasma. Actualmente, esta Bandera todavía contiene millones de espíritus malignos. Si cualquiera de ellos se libera tendría como consecuencia la pérdida de vidas, así como también gran miseria y sufrimiento.
El solo recuerdo de los malignos actos del Cultivador Diabólico le hizo apretar sus puños. Prosiguió después de dar un respiro hondo.
—Ahora que esta Bandera se ha quedado sin el control de su dueño, los espíritus malignos que están dentro de seguro usarán esta oportunidad para escaparse. Aunque anoche usé un conjuro para sellar temporalmente el estandarte, no es una solución a largo plazo. Cuando llegue la luna llena, la energía Yin estará en su punto máximo y los espíritus malignos romperán el sello definitivamente, causando un gran daño.
—Ah…—Shen Ying asintió, aunque no entendió ni una palabra de lo que dijo. Por lo que preguntó—: ¿Qué tratas de decir exactamente?
—Temo que no existe persona capaz de suprimir cientos de miles de espíritus malignos por sí sola —juntó sus palmas y dijo con convicción—: Tengo la intención de llevar este estandarte a la secta inmortal, la Secta Cielo Oscuro. Está ubicada por encima de líneas ley, y la energía de aquellas líneas se puede usar para limpiar la maldad de los espíritus malignos, lo que también es una oportunidad de ayudar a liberar a aquellas almas de su sufrimiento. Pero…
Una idea pasó por su mente y se giró no muy convencido hacia Shen Ying para mirarla.
—Este viaje a la Secta Cielo Oscuro va a ser uno muy largo. Mi conocimiento y capacidad son limitadas. Si algo le pasa al estandarte, temo que salvar la situación esté más allá de mis capacidades.
Juntó sus puños y de repente se arrodilló ante ella.
—Disculpe mi atrevimiento pero, ¿puedo pedirle que me acompañe en este viaje a la Secta Cielo Oscuro?
—¡Claro!
—Entiendo que la Maestra se ha quedado aquí por su cultivación. El pedirle que vaya, así como así podría ser …¿¡Eh!? ¡Ah! ¡Maestra, usted aceptó!
Los ojos de Yi Qing se ampliaron, algo escépticos. Sintió como si había imaginado lo que escuchó. Después de todo, su decisión de quedarse cerca de las fronteras del Reino Demoníaco debió originarse de un enorme obstáculo en la cultivación, una opción nacida de la desesperación. ¡Rendirse a mitad de camino era algo que se debería evitar a toda costa durante la cultivación, ¡Y aun así accedió a dejar este lugar tan fácilmente!
—Levántate, levántate.
Shen Ying lo hizo ponerse de pie. Debió haber dicho que sabía el camino a la salida hace mucho. Se había quedado en este viejo bosque durante algunos meses, y si no fuera por ese cazador que no quiso dejarla salir, sin mencionar su terrible sentido de la orientación que podría haberla dejado sin techo donde dormir. Si por ella fuera, se hubiera ido hace mucho tiempo a explorar. Tener un discípulo en efecto era todo un beneficio.
—¿Cuándo nos vamos? ¿Por qué no hoy? ¡Salgamos ahora! Podemos empacar el almuerzo y llevarlo.
—Maestra…
Yi Qing sintió un nudo en su garganta, sumamente conmovido. La Maestra en efecto era una alguien de gran bondad. No se arrepentía de seguir bajo su alero.
—¿Por qué sigues ahí parado? —Shen Ying salió de la cocina y le hacía gestos—. Rápido, si empacas los almuerzos los podemos comer en el camino. El tiempo es primordial, así que podemos olvidarnos de las verduras en la olla. Se están quemando.
—¡Sí! —Yi Qing frotó su nariz y suprimió la gratitud dentro de él cuando se dio vuelta para extinguir el fuego. Caminaba erguido y a zancadas a la hora de salir, lleno de orgullo de estar bajo el alero su Maestra.
Shen Ying sentía algo de entusiasmo por dejar de una vez aquel lamentable lugar. Se apresuró en empacar, pero luego se dio cuenta que no había mucho que llevar. Después de reflexionar un poco, decidió dejar una nota para la coneja. Al salir, vio que su discípulo y chef ya había embalado el almuerzo y estaba listo.
—Estoy lista —se acercó y preguntó de manera casual—: ¿Hacia dónde vamos?
Yi Qing estiró su mano y señaló a la derecha.
—Basta con dirigirnos al sur.
—¡Vamos!
—Sí—como suele hacerlo siempre, levantó su mano y una espada apareció de la nada. Subió sobre la espada y comenzó a volar. Pero a medida que ganaba velocidad, volteó hacia atrás y se dio cuenta que alguien todavía estaba en el mismo punto de partida. Él entonces le recordó—. ¿Maestra? Este viaje a la Secta Cielo Oscuro va a ser muy largo, así que es necesario ir montados en espada.
Shen Ying lo miró extrañada. ¿Qué clase de tecnología avanzada era la de viajar sobre una espada? Si supiera cómo volar, ¿Habría estado aquí estancada por cuatro meses?
—¿Maestra?
—No sé cómo hacerlo.
—¡¿Ah?! —Yi Qing casi creyó que había escuchado mal, pero ella no parecía estar bromeando, así que trató de preguntar—: Maestra…¿Usted está acostumbrada a viajar montada en algún artefacto?
—No.
—¿Y sabe montar el viento?»
—No me suena.
—¿Y el avance sigiloso?
—No entiendo de qué me hablas.
—…
Yi Qing se mantuvo en silencio por todo un minuto antes de devolverse con emociones encontradas. Vaciló, pero luego estiró su mano hacia ella. —¿Entonces…, puedo llevarla, Maestra?
—¡Genial! —contestó inmediatamente antes de saltar en su espada—. Gracias, ya puedo equilibrarme. Enciende el coche, Enciende el coche.
¿Esa mirada insistente la hacía ver quizá demasiado entusiasmada? Se parecía mucho a la expresión de los discípulos más jóvenes cuando aprenden a montar una espada por primera vez.
Yi Qing sacudió su cabeza y desechó ese pensamiento absurdo, para volver a comenzar el viaje, esta vez con un pasajero. Si la Maestra era tan formidable, ¿Cómo podía no saber montar una espada? Debía haber otra razón. ¿Podría ser que cuando le ayudó a eliminar el aura demoníaca la noche anterior, ella quedó con heridas internas? ¿Tenía miedo de que él se preocupara y no se lo ha contado?
Mientras más pensaba en ello, más plausible le parecía. No podía evitar voltear para mirar a Shen Ying. Su Maestra era demasiado amable.
Shen Ying, que de verdad volaba por primera vez lo miraba extrañada. ¿Por qué este chef tacaño me mira con tanta compasión? como si fuera un niño minusválido ¿Acaso no estoy simplemente dando un paseo?
————————
Este vuelo les había tomado dos días de su tiempo. Después de dejar el bosque que rebosaba de aura demoníaca, cruzaron a través de los páramos. En la tarde del tercer día, sólo se veían las paredes de una pequeña ciudad en la distancia desde la cual se podía oír el bullicio de la gente a lo lejos.
—Maestra, hemos llegado —Yi Qing se detuvo y guardó en su sitio su espada espiritual.
—¿Esta es la Secta Cielo Oscuro? —Shen Ying alzó su cabeza y echó un vistazo a las palabras escritas en las puertas de la ciudad, pero no las podía ver claramente.
—No. —Yi Qing sacudió su cabeza—. Esta es la ciudad más cercana para cultivadores, Ciudad Shunyu. La distancia a la Secta Cielo Oscuro aún es muy grande, si sólo volamos en espada nos tomaría medio mes antes de poder llegar allí. Esta ciudad tiene un conjuro de transporte que nos puede enviar directamente a la Secta Cielo Oscuro.
—Ah —aunque no entendía con exactitud, sus palabras debían significar que había un atajo.
Yi Qing la llevó a la ciudad, abriéndose camino por las calles ajetreadas hacia el área central. Sólo se detuvieron al llegar al área más atestada que era una pequeña plaza pública. Había muchas personas; algunas estaban en grupos mientras otras viajaban solas. Todos ellos parecían sabios, de pie en una larga cola, aparentemente esperando su turno para algo.
Yi Qing llevó a Shen Ying al final de la cola. Señaló al frente y dijo:
—Maestra, el conjuro de transporte está justo enfrente. Podremos llegar a la Secta Cielo Oscuro en un rato.
—Sí—Shen Ying asintió, distraída. Comenzaba a sentir algo de sueño, no tenía fuerza para observar los alrededores.
La cola se movió muy rápido, y dentro de un corto período de tiempo ya era su turno. Shen Ying al fin pudo tener un panorama claro, había unos patrones brillantes en el centro del área de transporte, algunos de los cuales se parecían a los conjuros mágicos que veía en los dibujos animados. Alrededor de ellos había cuatro pilares de piedra que tenían escritas palabras que no entendía. Una vez que alguien caminaba hacia el círculo, desaparecía.
¡Así que éste es un conjuro de transporte! Shen Ying sintió que su transmigración se había vuelto aún más surreal.
—¡50 perlas espirituales por persona! —el cultivador que vigilaba el conjuro de transporte estiró sus manos hacia ellos.
Yi Qing habitualmente buscaba el dinero en la bolsa que llevaba a su costado, pero no había nada. Quedó helado y su cara palideció.
—¿Qué pasa? —Shen Ying lo quedó mirando.
La cara de Yi Qing tomaba un tono verde cuando bajó su volumen y preguntó:
—Olvidé que mi bolsa se perdió en la batalla contra Rui Mi. ¿Maestra, trajo perlas espirituales de casualidad?
—¿Qué son perlas espirituales?
Yi Qing palideció ante la pregunta de su Maestra.
El guardia los observaba impaciente.
¡Después de su transmigración en este mundo, la primera crisis de Shen Ying era no tener dinero!