—¡Oye, te buscan a ti! —contestó Lonemoon, como si ya supiera lo que iba a pasar. Se quedó pensativo un momento, y luego dijo—: Hay 23 personas en total. Son todos cultivadores de Formación del Alma o inmortales itinerantes. ¡Creo que son más o menos todos! —el fenómeno que acababa de ocurrir claramente atrajo atención.
Gordito se puso pálido inmediatamente. Dejaba ver destellos de pánico.
—¿Qué debo hacer? Vámonos inmediatamente.
—¿Irnos? ¿Por qué? —Lonemoon lo miró—. Tienes que ponerle fin a esto tarde o temprano. Está bien que estén aquí. Nos ahorra la molestia de buscarlos.
—Ponerle …. ¿fin a esto? —tartamudeó Gordito. Viendo que Lonemoon hablaba en serio sobre eso, entró aún más en pánico—. No van a escucharnos.
—¿Quién dice que vamos a razonar con ellos?
—¿Eh? ¿No?
Lonemoon soltó una risa corta y extendió el abanico en sus manos. Enfatizando cada palabra, dijo: