La verdad vino tan de repente que todos estaban anonadados. Sobre todo, Yun Heng. Parecía como si hubiera perdido el conocimiento y había estado de pie en la posición original sin moverse por un buen rato.
La ilusión que los rodeaba volvió a esa escena de la primera vida de Song Ren, como una película que se volvía a reproducir.
Las expresiones de Lonemoon y Yi Qing eran complicadas también. Finalmente entendieron de dónde venía el odio inexplicable de Song Ren hacia Yun Heng. Y la interminable energía dolorosa en él que ni l Pequeñita podía eliminar. Y por qué sólo podía ser eliminada cuando Shen Ying estaba cerca. Inconscientemente, todavía debe querer justicia. La justicia que ni el Dao Divino le podía dar, solo Shen Ying puede hacer eso posible.