—Bien —asintió Yi Qing y se puso de pie. Mientras no tuviera que irse del lado de su maestra, estaba dispuesto a cualquier cosa.
Lonemoon y Shen Ying intercambiaron mirada y se también se levantaron.
—¡Ah, cierto! —de repente Shen Jing añadió—. ¡Pequeña Ying, no puedes ir!
—¿Por qué?
—Tu situación ahora es especial. Si les ayudas, no habría necesidad de que ellos realicen la prueba.
Shen Ying frunció el ceño. Gimoteó:
—Hermana Mayor ~
Shen Jing apretó sus labios y su actitud cambió.
—Bien, bien, bien. Puedes ir, pero promete que no les ayudarás, ¿Bien?
—¡Sí, Hermana mayor! ¡Ningún problema, Hermana mayor!
Lonemoon y Yi Qing no emitieron palabra.
El punto débil de Shen Jing hacia la tierna Shen Ying no se había disipado.
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