—Todo lo que hice fue por los Tres Reinos —dijo El Dios Demonio, retrocediendo. Dijo gravemente—: Shen Ying, ¿No supusiste que las cosas estaban extrañas? Sólo me presenté ante ti para explicarte todas estas cosas.
—No —Shen Ying sacudió su cabeza—. Para ser exactos, lo atraje.
—… —el Dios Demonio apretó sus labios—. Bien, creo que no eres una persona irracional. Por otra parte, cuando envié ese primer castigo divino, me habías obligado a mostrarme en el reino demoníaco. No esperabas que te invocara al mundo divino, aunque me habías descubierto.
—¡No! —Shen Ying claramente respondió desconcertada—. ¡No lo vi!
—Cuándo levantaste tu cabeza, tú… ¿me viste?
—Ah, solo quise estornudar —estaba a punto de beber un sorbo de té para calentarse cuando fue convocada aquí.
—…
—Pu ~
¿Qué era este impulso repentino de escupir un bocado de sangre hacia ella?
Un rato más tarde…
