—Grandes Inmortales… por favor présteme esta lámpara —parecía que la zorra demonio había adivinado que todos sabían lo que la lámpara podría hacer. Comenzó a rogar—. Yo… prometo que la devolveré en 10 días. ¡Se los ruego!
—¿El Espíritu Primordial de quién tratas de reparar con esta lámpara? —Lonemoon frunció el ceño.
—… Yo… —la zorra demonio miró a Lan Hua, vaciló, y luego miró alrededor con aire de culpabilidad.
Lonemoon no estaba de humor para esperar a que saliera con una historia. Inmediatamente conjuró un hechizo y lo lanzó hacia ella.
—¡No! —la zorra blanca entró en pánico y trató de detenerlo, pero era demasiado tarde.
En un momento, la marca de un hechizo apareció en la piel blanca de la zorra. En marca se escribía: Xin Han.
La zorra inmediatamente se puso pálida.
—¿Xin Han? —¿Quién es? Lonemoon miró alrededor y preguntó—: ¿Quién ha oído este nombre?
Todos estaban pasmados. Uno tras otro, sacudieron sus cabezas.