Un estado de ánimo repugnante y desagradable había envuelto a Zhang Xinya, ya sea de noche o de día, o si estaba con alguien o sola. Incluso respirar era tan deprimente, conteniendo el dolor emocional que sentía actualmente. Al cansarse y gastar toda su energía en su trabajo, pensó que probablemente podría olvidar este dolor, aunque sea temporalmente.
Bangkok era un lugar muy hermoso y la vista nocturna del río Chao Phraya era aún más impresionante. Los barcos de vela y los edificios que producían las luces multicolores eran tan hermosos que parecían un espejismo, sin embargo, todos ellos no pudieron incitar ningún aprecio por Zhang Xinya, ni pudieron deshacerse del mal humor en el que estaba.
