Wang Xuegang podría ser el hombre más rico del Condado de Qinglin con la industria esparcida por la ciudad, pero todavía había una gran brecha en comparación con el multimillonario Zhao Xianming. Por lo tanto, todavía tenía una actitud respetuosa y respondió modestamente: —El Hermano Zhao está bromeando; no soy más que un pequeño empresario, todavía muy lejos de ti. Pero, aun así, estoy muy agradecido de que pudieras honrarme al tomarte un tiempo de tu apretada agenda para unirte a nosotros. De todos modos, el té se ha servido en la sala VIP, así que ¿deberíamos ir allí y charlar?
—Muy bien —dijo Zhang Xueming con una sonrisa.
