La figura era tan rápida que los ojos desnudos apenas podían atraparla, y atravesó la distancia de 100-200 metros en segundos antes de que apareciera ante Tang Xiu.
— No hay necesidad de que haga una llamada. Dado que el hermano menor quiere verme, entonces cumpliré tu deseo de forma natural —sonrió un anciano sabio con un comportamiento como el de un inmortal.
Tenía el pelo largo suelto y estaba descalzo, y parecía indiferente hacia los más de 50 miembros de la escuela marcial. Después de una breve observación, Tang Xiu pasó rozando su costado y luego se sentó en la silla que Jiang acababa de usar. Luego inclinó la pierna y sonrió, dijo:
— Nunca te había visto. Pero como también eres taoísta, tu fuerza seguramente es notable. Esa velocidad que acabas de mostrar debería tener una parte de tu fuerza completa, ¿no es así?
— ¡20%!
El anciano descalzo todavía conservaba su sonrisa mientras estiraba dos de sus dedos. Tang Xiu aplaudió y sonrió, dijo:
