En medio de la suave brisa marina, Gu Xiaoxue estaba parado en la rama del árbol con su vestido blanco ondeando. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras miraba la escena de abajo. A pesar de saber que el cultivo de su Gran Maestra progresó rápidamente en los últimos meses, ella todavía no creía que pudiera derrotar fácilmente a las dos bestias feroces similares a los rinocerontes.
— Gran maestro, ten cuidado.
Gu Xiaoxue torció la mano y dos relucientes talismanes aparecieron entre sus dedos. Inmediatamente actuaría una vez que su Gran Maestro estuviera en peligro. Tang Xiu volvió la cabeza y mostró una débil sonrisa.
Cuando sus ojos se posaron en las dos bestias salvajes parecidas a rinocerontes, sonrió y dijo en voz alta:
