Shanghai, Club de la dinastía.
Dentro del resplandeciente y magnífico salón en el tercer piso, Li Zhen y su pandilla bebieron y conversaron mientras un grupo de chicas hermosas los rodeaba, como si hubieran olvidado por completo la humillación anterior.
En el sofá de la esquina, Yu Zhi recuperó la conciencia cuando un dolor de cabeza insoportable lo golpeó. Tuvo que usar sus brazos para sostenerse por un tiempo antes de cambiar lentamente de posición y se sentó. Un golpe de ira estalló en su corazón cuando vio a sus hermanos bien y bebiendo.
— ¡Esto está muy mal! ¡Estos bastardos no son mis hermanos!
Me dieron una paliza y me descuidaron. ¿y además llegaron tan lejos como para hacer una fiesta? hijos de puta... ¡todos ustedes son unas mierdas sin corazón!
Apretando el puño, Yu Zhi no se encendió. Se quedó quieto y luego fue hacia la puerta paso a paso.
— ¿Huh? ¿Yu Zhi se despertó?
