Miao Wentang estaba extasiado y respondió sin dudar —creo que el hermano Shao se sorprenderá gratamente y sin duda estará de acuerdo —de todos modos, espere hasta que regresemos a Qingshan Town, transferiré el dinero a su cuenta.
Tang Xiu se mostró satisfecho y asintió con la cabeza cuando preguntó —de todos modos, ¿todavía tienes la medicina para las heridas de antes? las lesiones de esta cosa son bastante graves. Necesita esa medicina para curarla.
— ¡Sí, todavía lo tengo! —Miao Wentang sacó cautelosamente un pequeño jarrón de porcelana de su brazo.
Tang Xiu lo recibió. Sacó una pastilla del pequeño jarrón de porcelana mientras la metía en la boca de la criatura perniciosa. Luego, le devolvió el resto a Miao Wentang, diciendo — ¡eliminaré esta matriz ahora y luego regresaremos! Mañana, entraremos a la Caverna del Cielo, y ojalá podamos tener una buena cosecha allí.
