―Demonios, ¿por qué tenía que ser alguien de la facultad de Iluminación del Dao? ―luego de regresar a su morada en la cueva, Wang Baole no sintió la euforia de ganar el segundo partido. Solo se sentó ahí, con una confusión profunda.
―¡Ese maníaco! ¿De verdad tuvo éxito en la iluminación del Dao? ―Wang Baole estaba más inquieto acerca de eso. Estaba tenso en extremo, y se apresuró a acceder al Espíritu de la Intranet para investigar.
Ni siquiera le importó el resultado de los otros partidos. Toda su atención estaba en las publicaciones acerca de la facultad de Iluminación del Dao. Navegó por un largo tiempo, y solo cuando no quedó indicación de nada perjudicial, pudo relajarse un poco.
Sin embargo, aún estaba inestable. Tras un breve momento, rechinó sus dientes, sus ojos revelaron un brillo de determinación.