La atención de todos estaba sobre él, lo que llenaba de placer a Wang Baole. Con el reconocimiento del padre de Liu Daobin, sería mucho más fácil para él subir de rango en el futuro. Estaba extremadamente contento cuando miró a sus compañeros de clase, y justo cuando estaba pensando en qué decir, Huang Gui dejó escapar una risa alegre.
—Guau, Baole, te he menospreciado. Tienes la capacidad de conseguir que alguien ingrese al Departamento Disciplinario de la Universidad, lo cual no es una tarea fácil. Sin embargo, al haber pasado por experiencias similares, entiendo cómo funciona. ¿Sabes? Ya que soy el Prefecto Líder, también estoy a cargo del Departamento Disciplinario en mi Universidad. Siempre hay gente que me pide que transfiera a alguien allí, y para mí también es difícil rechazarlos —dijo Huang Gui tranquilamente, dejando escapar un largo suspiro después de eso, como si las palabras le pesaran.