La velocidad de Wang Baole era más rápida que un rayo, y era como una flecha ardiente que se disparaba por el cielo y se dirigía directamente hacia los cuatro mutantes. En cuanto a los cuatro mutantes, su intención asesina explotó intensamente. Aunque su inteligencia espiritual era limitada, su maldad instintiva les había hecho ver a Wang Baole como su presa.
Casi instantáneamente, los dos lados chocaron en el aire sobre el planeta, y los cuatro mutantes parecidos a ciempiés abrieron la boca casi al unísono, arrojando llamas verdes. Estas llamas no eran llamas ordinarias. Su calor fue suficiente para quemar el vacío, e hicieron un daño extremo al alma.
Inmediatamente, las llamas verdes provenientes de los cuatro mutantes formaron un mar de llamas, envolviendo a Wang Baole. ¡Mirando desde lejos, parecían haber formado una bola de fuego verde gigante!