Si se tratara de otra persona que fuera tímida y que le temiera a los espíritus, en este momento estaría temblando hasta las botas. Tal vez gritaría y retrocedería a toda prisa del pavor. Pero ni la mujer de blanco ni los siete niños a su lado pudieron haber imaginado que la persona a la que se enfrentaban en este momento no le temía en lo absoluto a lo sobrenatural. Wang Bale incluso a parecer impaciente.
Mientras caía sobre él una atmósfera tenebrosa y que el espíritu femenino vestido de blanco se abalanzaba hacia él, Wang Baole le arrojó una mirada molesta, y sin titubear ni un segundo levanto la pierna derecha y arrojó una patada con una explosión estruendosa.
Pateó al espíritu femenino. Parecía haber atravesado su forma espiritual y aterrizado directamente sobre su forma verdadera. El espíritu dio un alarido mientras era arrojada a 30 metros a la distancia.