La palabra «comida» hizo que Li Yao se estremeciera.
Preguntó:
—Podrían haber explorado las zonas espaciales cercanas, o buscar en los restos de la flota después del apocalipsis. Quizás podrían recolectar suficientes recursos para construir sus propias ciudades espaciales y su sistema de reciclaje.
—Tienes razón —dijo Bai Xinghe—, pero las soluciones estaban demasiado lejos para resolver los problemas inminentes. Tanto la exploración como la búsqueda requerían mucho tiempo y recursos, y no tenían ninguno de esos.
—Oh, estaba equivocado.
Bai Xinghe mostró la sonrisa más espeluznante que Li Yao había visto en su vida, cuando dijo:
—Tenían recursos, pero no lo suficiente como para sostenerlos a todos. Si todos los recursos estuvieran concentrados, era probable que una décima parte de los ladrones de fuego pudieran sobrevivir.
Li Yao pensó en algo e inmediatamente se imaginó algo aterrador en su mente. Bai Xinghe anunció con gravedad: