—Ah Hu, muchas pandillas de piratas respondieron al llamado de Fengyu Zhong para atacar a Heavenly Saints City bajo la dirección del Templo de los Inmortales. ¿Sabes por qué vine a hablar contigo en lugar de alguien más? —preguntó Bai Xinghe de forma cortés.
Su voz no era áspera ni aguda. Sonaba cómodo y confiable, e hizo que aquellos que escucharon sus palabras se sintieran renovados. Su sonrisa también era natural y genuina, como si realmente estuviera charlando con uno de sus seguidores. Sin embargo, por alguna razón, con su nariz de halcón parecida a un sable, las palabras dieron a todos un sentimiento espeluznante.
Li Yao se sintió asustado a pesar de que simplemente estaba observando a través de Neltharion, como si su columna vertebral estuviera cerrada por un par de manos frías de las que no podía deshacerse. Luo Jinhu, capitán de la banda de piratas de Dientes de tigre, temblaba de miedo, sin saber qué hacer.
Aplaudir. Aplaudir. Aplaudir.