Varios cientos de metros por debajo del salón de la Reunión del Milenio, en una sala de procesadores de cristal y rayos de luz, zumbidos y aire abrasador llenaban el área. La habitación estaba oscura. La cara determinada de Xiao Xuance estaba en cada haz de luz. Su rugido resonaba dentro de la pequeña habitación.
—Nueva era… Nueva era… Nueva era… Nueva era…
Xiao Tianbao, 'niño estrella' y el hijo adoptivo de Xiao Xuance, era como una montaña de carne en el centro de la habitación. Se colocaron cerca de diez cuencos grandes frente a él, en los cuales se empaquetaron varios tipos de dulces.
Xiao Tianbao estaba haciendo una mueca. Cada vez que parpadeaba, un pedazo de caramelo volaba lentamente por el aire hacia su boca.
Grieta. Grieta.