Cinco minutos después de la partida de Li Yao, Bai Kaixin se acercó a Lei Dalu sin hacer ruido, con la cara aún más triste. Una presa parecía estar a punto de colapsar en medio de su ceja.
— Se acaba de confirmar que Fengyu Zhong se ha vuelto loco. Anunció las bondades astronómicas en Araña Den y quiere que todos y cada uno de los miembros de Sociedad del gran cuerno exo sean asesinados. Según sus palabras originales, ¡incluso una pulga en nuestra nave no debería quedar viva! Además, quien encuentre al verdadero asesino de su hijo, vivo o muerto, será recompensado con una nave estelar.
— En este momento, toda la Araña Den está hirviendo. Innumerables piratas espaciales, asesinos, ladrones y espías nos consideran sus objetivos.
Lei Dalu se rascó la desordenada barba y dijo lentamente:
