Esta fue una constelación glamorosa. Hasta donde los ojos podían ver, el polvo cósmico y los fragmentos del mundo estaban en todas partes. Vigorosas mareas espirituales surgían como ríos inundados y chocaban entre sí, levantando ondas que parecían arcoíris que se extendían a lo lejos.
En el borde de la constelación, una gran estrella de más de mil metros de diámetro flotaba silenciosamente. La estrella del faro era de forma ovalada y parecía una aceituna monolítica.
Después de casi diez mil años de deriva, su superficie se había llenado de huecos y protuberancias debido a los meteoros. Muchos meteoritos de bordes filosos incluso habían apuñalado. Incluso el emblema Dragón rojo tomando sol estaba algo descolorido en este momento.