—¡Ahora, solo quedan los últimos 10,000 créditos!
En una cueva, Li Yao horneó cuidadosamente una liebre con la ayuda de un glifo de fuego. Mientras tanto, también había colocado glifos de aire fresco para que todo el aire permaneciera en un lugar y las bestias demoníacas fuera de la cueva no tuvieran ni un solo olorcillo.
Una sonrisa de complicidad apareció en su cara algo demacrada. Sus profundos ojos negros parecían parecer más grandes. Después de pasar un mes solo en Tierra de desechos, la apariencia de Li Yao sufrió enormes cambios. No solo se había vuelto delgado, su piel también tenía un brillo metálico, pero no irradiaba luz como el acero.
A primera vista, no se veía diferente de una roca común encontrada en Tierra de desechos. Sin embargo, una vez que descubrió una presa, de repente estallaría, mientras que su velocidad y fuerza se dispararon al límite. Se convertiría en un cazador feroz en un abrir y cerrar de ojos.