Lo que más molestó a Li Yao no era solo la formabilidad del soldado de la Guardia del Mundo Inferior sino también el collar de refuerzo que llevaba. Li Yao pudo ver que, en la sala de investigación que estaba a una pared de vidrio del campo de prueba, había docenas de collares del mismo modelo sobre la mesa, con casi un centenar de medicamentos de refuerzo de diferentes colores al lado.
Las drogas que fortalecen y los collares se pueden emparejar libremente. Aparte de las drogas carmesí, también había gris claro, violeta y azul, cada una de las cuales emitía un brillo misterioso y una densa energía espiritual.