A las diez de la mañana, junto con un grupo de veteranos, Li Yao entró de nuevo en la ciudad capital en un autobús de corta distancia desde una ciudad no muy lejos.
Después de que ocurrió la gran explosión, La Oficina espada secreta se enfocó en los objetivos sospechosos dentro de la ciudad. Además, muchos agentes habían sido enviados bajo tierra para perseguirlo.
El examen de los pasajeros que ingresaron a la ciudad capital fue mucho más lento. Además, casi un millón de veteranos ahora ingresaban a la capital desde todas partes de la federación. Muchos de ellos tenían cicatrices impactantes en la cara o llevaban cámaras o máscaras de cristal. Su apariencia era completamente diferente del registro en la base de datos.
Tampoco era realista pedir a los ancianos, sazonados y malhumorados, que tenían casi diez insignias en el pecho, que pararan una y otra vez y que recibieran exámenes completos.
